En las Américas y alrededor del mundo, las personas se asocian para enfrentar colectivamente problemas compartidos. El derecho fundamental de la libertad de asociación, consagrado en varios instrumentos internacionales de derechos humanos como la Convención Americana de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, requiere que los Estados respeten y promuevan el pleno gozo del derecho de las personas a colaborar en asociaciones y otras formas legales de organizaciones de sociedad civil (OSC). Estos instrumentos legales establecen justificaciones muy limitadas, interpretadas estrictamente, para que un Estado pueda legítimamente restringir la libertad de asociación: las restricciones deben ser previstas por ley y necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad pública, o del orden público, o para proteger la salud o la moral públicas o los derechos y libertades de los demás. Sin embargo, en países de América Latina de diferentes orientaciones ideológicas y características demográficas y económicas, el entorno legal en que operan las OSC limita el ejercicio de la libertad de asociación por motivos que no conforman con este estándar, o no la promueve de manera transparente. Continuar leyendo…
La Incidencia Política: Una estrategia de las OSC. Mecanismo de Diálogo gobierno-sociedad, en el marco de las relaciones México – Unión Europea
El seguimiento de las relaciones internacionales y de la política exterior de nuestro país es una tarea estratégica de diversas organizaciones civiles que consideramos que en muchos de los espacios multilaterales o bilaterales, se toman decisiones fundamentales para la población, que generalmente no recogen la opinión ciudadana. Por ello el posicionamiento en cumbres y espacios internacionales, es una oportunidad de incidencia política para las OSC.
Considerando el tema del Coloquio, nos centramos en el análisis del papel que la sociedad civil ha jugado antes, durante y después de la puesta en vigor del Acuerdo Global (AG) México-Unión Europea (2000), el primero que la UE firmó con un país de América Latina; como muestra de un proceso complejo de negociación-cabildeo, que ha dejado aprendizajes, para las OSC y las instancias de gobierno participantes. Continuar leyendo…
En las últimas dos décadas, las conexiones entre los actores estatales y los no estatales confluyen en el interés por poner en la agenda pública diversos problemas y también se distancian por excluir muchos otros, los que generan mayores inconformidades y desacuerdos en la mesa. En este período, que va de Río a Post 2015, las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en su interacción con los gobiernos han oscilado entre la convergencia, la presión, el diálogo, la confrontación y la construcción de lazos de confianza. Sin recetas, ni patrones a seguir, cada proceso de incidencia resulta para las OSC una batalla completa que deja a la vista los retos del entorno y los de las mismas organizaciones. Comparto estas ideas, enriquecidas por mi reciente trayectoria de trabajo en OSCs, instancias públicas, e instituciones internacionales.
En El Camino desde Río, Julie Fisher ha explicado como la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992) estuvo caracterizada por la evolución de un movimiento no gubernamental con un fascinante historia de su estructura e identidad, que tuvo la capacidad de poner en la agenda internacional de los años 90s la filosofía del desarrollo participativo y el modelo organizativo de las organizaciones de base. Continuar leyendo…
Las experiencias de incidencia en políticas públicas locales quizá constituyan algunos de los ejemplos más antiguos en el ejercicio del derecho de participación para las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en México, entendiendo éstas como las diversas expresiones de participación en los asuntos públicos de la ciudadanía, ya sea a través de instituciones que cuentan con existencia legal, o agrupaciones y movimientos sociales que no han requerido de constituirse para poder realizar aportes sociales de importancia.
El carácter intermedio de dichas organizaciones, que combina su naturaleza privada con su vocación pública, les permite exentarse de los compromisos partidistas y de la burocracia que puede afectar a dependencias gubernamentales; mientras que por otro lado también pueden actuar libres de los intereses motivados por el afán de lucro, como es el caso de los corporativos y empresas, para enfocarse en la promoción de causas sociales. Sin embargo los factores que le otorgan flexibilidad: instituciones de pequeño tamaño, con mayor o menor grado de profesionalización y con recursos siempre escasos, en ocasiones constituyen su propia debilidad. La capacidad de influencia que una OSC pueda aprovechar no se basa en un capital político o en su poder económico como los demás sectores. Las OSC deben construir su propio poder de influencia a través de adquirir conocimiento técnico; incrementar su capital social y el grado de confianza de otros hacia la misma; en la articulación de diversos actores y finalmente por medio de procurar la permanencia de sus acciones estratégicas en el tiempo, entre muchos otros aspectos de la profesionalización (no confundir con la institucionalización). Continuar leyendo…