En las últimas dos décadas, las conexiones entre los actores estatales y los no estatales confluyen en el interés por poner en la agenda pública diversos problemas y también se distancian por excluir muchos otros, los que generan mayores inconformidades y desacuerdos en la mesa. En este período, que va de Río a Post 2015, las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en su interacción con los gobiernos han oscilado entre la convergencia, la presión, el diálogo, la confrontación y la construcción de lazos de confianza. Sin recetas, ni patrones a seguir, cada proceso de incidencia resulta para las OSC una batalla completa que deja a la vista los retos del entorno y los de las mismas organizaciones. Comparto estas ideas, enriquecidas por mi reciente trayectoria de trabajo en OSCs, instancias públicas, e instituciones internacionales.
En El Camino desde Río, Julie Fisher ha explicado como la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992) estuvo caracterizada por la evolución de un movimiento no gubernamental con un fascinante historia de su estructura e identidad, que tuvo la capacidad de poner en la agenda internacional de los años 90s la filosofía del desarrollo participativo y el modelo organizativo de las organizaciones de base. Continuar leyendo…